Arqueología y Prehistoria del Noroeste de México: Un "Rudo Ensayo"

David Phillips

Costado Oeste de la Sierra Madre Occidental

Cuando los arqueólogos de otras regiones hagan caso al noroeste de México, por lo general desatienden a los complejos arqueológicos importantes del costado oeste de la Sierra Madre Occidental (la zona 2 en Figura 1; vea Pailes 1978). Nuestro conocimiento de estos complejosi se debe en gran parte a los esfuerzos de Ricardo Pailes (1972–1984).

Cultura Río Sonora

La cultura río Sonora fue definido por Amsden (1927) pero Pailes nos dió las primeras descripciones detalladas de la cultura. Aquí el nombre "cultura río Sonora" refiere solamente al parte norte de la zona 2. Casi toda la cerámica local es de color café. Incluye vasijas incisas, punteadas, y corrugadas, y tiene una relación evidente a la cerámica Mogollón hecha a ambos lados de la frontera internacional.

Pailes ha definido una "fase temprana" de agricultores, pero con poca evidencia. Sabemos más de la "fase intermedia" de Pailes (1984; igual a la a "fase temprana" de Doolittle [1988]), que duró de 1000 a 1150–1200 d.C. Por lo general, los sitios habitacionales consistieron en casas en fosos con vista a las llanura de inundación del río Sonora y sus tributarios principales. La mayoría de los sitios incluyeron uno a ocho casas, pero dos aldehuelas (hamlets) y una aldea grande (el sitio San José) también se conocen (Doolittle 1988).

Entre 1150 y 1200, más o menos, los habitantes del valle del río Sonora empezaron a construir habitaciones del superficie, en adicón a sus casas en fosos tradicionales. Las habitaciones del superficie se indican por arreglos rectangulares de "cimientos" (líneas de piedras, que sirvieron como bases para muros). La falta de piedras adicionales indica que los muros eran de adobe. En los centros locales, filas dobles de cimientos indican la construcción de muros especialmente gruesos, y por lo tanto de estructuras de dos o más pisos. La mayoría de los sitios fueron pequeños, y formaron parte de comunidades dispersas, es decir, el patrón de asentamiento era de rancherías. Como antes, los sitios se encuentran en los márgenes de las terrazas aluviales y otros puntas altas donde se puede ver la llanura de inundación de los rios y cañadas principales.

En muchos partes de Oasisamérica, la secuencia arqueológica termina antes de la llegada de los españoles, cuando los grupos sedentarios fueron reemplazados por nómadas. En la serrana del noreste de Sonora, en contraste, los españoles encontraron (y luego asimilaron) grupos de agricultores con jerarquías y de caracter belicoso—los "estaditos" (statelets) de Carroll Riley (1979–1987).

La Tradición Serrana

Pailes propuso que la cultura río Sonora extendió hasta el sur del estado de Sonora, hipótesis no soportado por estudios más recientes. Carpenter y Sánchez (2008:30) proponen el nombre "tradición Serrana" para el parte sur del supuesto territorio de la cultura río Sonora. En base a su reconocimiento del valle de Onavas (del río Yaqui, entre las presas Álvaro Obregón y Novillo), Emiliano Gallaga ha concluido que "este área contiene restos culturales relacionados a la tradición Huatabampo y no a la tradición generalmente reconocido, río Sonora (vea Gallaga 2006, 2007)" (Gallaga 2009:8).

Según la descripción inicial de Pailes, el parte sur de su zona de estudio incluyó estructuras de mampostería burda, en puntas altas donde se puede observar los fondos de los valles angostos de la falda de la Sierra Madre Occidental. En este parte de la zona geográfica 2, es posible practicar la agricultura de temporal (sin agua suplemental), y los sitios son más dispersos que en la zona norte. El patrón de asentamiento es de rancherías de uno a cinco hogares (Pailes 1972, 1978). La tradicion comenzó con la producción de cerámica no decorada, de color café, ca. 200 a.C. Después de 200 d.C., los habitantes también hicieron vasijas con engobe rojo. Duespués de 700 d.C., según Pailes, hay una división cultural entre las partes altas y bajas de la zona sur. En la parte alta, la fase Los Camotes duró hasta 1250–1300 d.C., seguido por la fase San Bernardino, que duró hasta llegaron los españoles (Pailes 1972, 1978).

El reconocimiento del valle de Onavas (Gallaga 2006, 2007, 2009) localizó 126 sitios en 67 km cuadrados, incluyendo un sitio paleontológico, cuatro sitios del período Arcaico, 117 sitios probablemente del período prehistórico tardío, y seis sitios históricos. De los 117 sitios prehistóricos, 75 fueron campamentos y 42 fueron sitios residenciales. Los sitios residenciales incluyeron 36 rancherías, cuatro aldehuelas, y dos aldeas con arquitectura pública (uno con un altar y el otro con un montículo). Gallaga supone que había un centro regional prehistórico en Onavas, oscurecido por la aldea moderna.

El reconocimiento identificó 83 estructuras residenciales, incluyendo 56 con lineas de guijarros ("cimientos") o de losas, cuatro con lineas dobles de guijarros (lo que indica paredes gruesas), tres plataformas hechas de piedra, un círculo de piedra, dos depresiones rectangulares con paredes de piedra, cinco estructuras históricas, y 12 posibles estructuras (Gallaga 2007). Gallaga también describe las dos estructuras ceremoniales:

La primera estructura ceremonial ... un montículo pequeño ... midió 16 × 7 m por 2.5 m de alto, consistió en tierra empacada, y probablemente fue cubierto por guijarros. Desafortunadamente, las actividades humanos y de animales han destruido el sitio ... En la segunda aldea ... una estructura se identificó tentativamente como un altar encima de una colina pequeña. Esta estructura consiste en dos plataformas de piedra, una 8 × 6 m y otra (4 × 4 m) sobrepuesta a la primera. Otras estructuras o plataformas de piedra, probable habitacionales, también se encontraron (Gallaga 2007:336–337).

Gallaga (2007) menciona un posible montículo funerario, de más o menos 100 por 65 m y de 2 m de altura, cerca de Onavas, pero la mayoría del sito ha sido destruido.

Los más de 10,000 tepalcates coleccionados por el projecto incluyeron 3.5 por ciento decorados y 96.5 por ciento sín decoración (Gallaga 2007, Cuadro 1). Los tepalcates no decorados incluyeron unos pocos ejemplares engobados en rojo "que parecen aquellos del sur de Sonora, como Cuchujaqui Rojo, Batacosa Rojo, y Huatabampo Rojo ... Además, algunos tenían interiores raspados con conchas, como ocurre en la costa, indicando posibles interacciones con grupos costeros" Gallaga 2007:337). La mayoría de la cerámica decorada fue un tipo nuevo, Onavas púrpura-sobre-rojo, pero también se eoncontraron 15 tepalcates de tipos Casas Grandes, un ejemplar de Nogales Políromo, y un tepalcate posiblemente del norte de Sinaloa. La falta de cerámica texturada al estilo río Sonora es importante.

Muchos de los sitios del valle de Onavas brindan ornamentos de concha, deshechos de manufactura, concha no tallada, y hasta utensilios para la manufactura de objetos de concha. Es evidente que el valle era parte importante de la industria regional de concha. El valle cae a poca distancia del golfo de California y "La orientación y posición del río Yaque lo hace un corredor ideal para el intercambio" (Gallaga 2007:331).

La secuencia arqueológica para el valle de Onavas empieza en el período Paleoindio y continua hasta el período prehistórico tardío, pero por falta de excavaciones, es un "trabajo en progreso" (Gallaga 2007:339). Gallaga propone que los habitantes prehistoricos del valle continuaron como los Nébome (Pimas Bajos).

Más al sur, en en extremo norte de Sinaloa, Carpenter y Sánchez (2008) mencionan las excavaciones recientes en el sitio Rincón de Buyubampo (municipio de Choix, en el extremo norte de Sinaloa). Este sitio se encuentra en la parte baja de la zona sur. El sitio fue ocupado entre 1200 y 1700 d.C. y incluyó 12 a 15 unidades habitacionales, los cuales incluyeron cuartos del superficie, terrazas, y graneros. Tres unidades habitacionales fueron exacavados e incluyeron cuartos grandes (dos cuartos medieron 10 por 8 m) con muros gruesos y postes de soporte para los techos. Cerca de los hornos, que tomaron forma de U o UU, se encontraron utensilios de molienda. La cerámica local inlcuyó vasijas no decoradas (de color café o rojo) o texturizadas (principalmente punteadas o incisas). La cerámica importada incluyó Guasave rojo-sobre-café (1200–1450 d.C.), Aztatlán Polícromo, malacates, y un fragmento de un sello cilíndrico.

El sitio también proporcionó una gran cantidad de adornos de concha del golfo de California y del Pacífico, y de deshechos de concha que parecen indicar la producción de brazaletes de Glycymeris y adornos de otros especies. Los excavadores encontaron un pequeño almacén con herramientas para la preparación de adornos de concha. El sitio contuvo además dos pequeños fragmentos de navajas prismáticas de obsidiana y un cascabel de cobre (Carpenter y Sánchez 2008:32).

La Cultura Tachichamona

Más al sur y al este en Sinaloa, la falda de la Sierra Madre Occidental fue ocupada por la cultura Tacuichamona, definida por Sauer y Brand (1932) como una variación local de la tradición Aztatlán. En este área los sitios fueron pequeños y caracterizados por una cerámica con diseños punteados, pero también incluyeron una cerámica burda de color café, con pintura negro y rojo, llamado Tacuichamona Polícromo. Pailes (1972, 1976) propuso que con la excepción de la cerámica polícroma (hecha en imitación de los polícromos costeros de la tradición Aztatlán), la cultura Tacuichamona parece más a la cultura río Sonora, por la cual se debe considerar independiente de la tradición Aztatlán.


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Última revisión: 7 de enero 2011.
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